Ven a nuestro mesón
El Cocido Maragato en Castrillo de los Polvazares
Lo mejor de cada casa, vaya: por un lado las carnes y los chorizos con ese ahumado potente pero no excesivo, que podemos relacionar más con las montañas del norte. Por otra parte el relleno y los garbanzos que miran más a la tradición de la meseta, desde donde los arrieros maragatos transportaban y mercadeaban con un sinfín de productos hacia la costa gallega y asturiana.
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La carne del cocido
El curado y ahumado de nuestra tierra
Las carnes las remojo y cocino en agua del Jerga, un agua muy blanda que sienta las bases del buen cocido. Carnes ahumadas de cerdo, novilla fresca, gallina cocidas lentamente, sin condiciones.
Añado relleno, esa bola frita de origen sefardí, antaño también de bacalao.
Los garbanzos y repollo al ajoarriero
Garbanzos "Pedrosillano"
El garbanzo, de procedencia norteafricana, es un ingrediente fundamental en todos los cocidos ibéricos.
En esta tierra también se usa la variedad «pico pardal» y se acompaña de repollo, el padre de todas las coles, que nos aporta humedad y nos ayuda en la digestión. El Ajoarriero es la popular salsa de ajo, aceite, pimentón y vinagre.
La sopa
Justo del revés
La sopa es el resultado del «coupage» de todos los caldos que entran en juego en este largo y pausado proceso de elaboración.
Ofrecemos tomarla sola, con fideos o con pan. Opción celíaca disponible.
Natillas o Flan para elegir
Los postres conventuales por excelencia
La base son siempre 1 litro de leche entera, 6 huevos y 10 cucharadas de azúcar, cuidando de las temperaturas y las mezclas.
La natilla lleva un caramelo natural y galletas de mantequilla elaborados en nuestra cocina.
Pan de Hogaza
El complemento básico
Bizcocho Casero y Orujos
Precios
Precio Cocido
28 € IVA incluido
Precio Cocido Infantil
16 € IVA incluido
Café de puchero y bebida no incluidos.
El Mesón del Arriero, desde 1976
En los años 70, una joven del pueblo que había probado suerte en Madrid, volvió a su pueblo y con la ayuda y empuje de sus amigos, a partir de una huerta de su familia, construyó la casa que hoy es el Mesón. La llamaban Luisina.
En 2011, después de 2 años cerrado por jubilación, la convencí de reabrirlo.
